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Este sitio se ha diseñado exclusivamente con una intencionalidad pedagógica y pretende acercar a los estudiantes al conocimiento científico y a los maestros a un reflexión de su praxis constante.

SER MAESTROS DE CIENCIAS

Por: María Alejandra Díaz Gómez

 

«Educar no es fabricar adultos según un modelo, sino liberar en cada hombre lo que le impide ser él mismo, permitirle realizarse según su ‘genio’ singular».

Olivier Reboul

A lo largo de una formación como persona, que intenta ser sujeto de saber y en tal sentido será capaz de gobernarse y una docente sirviéndose de su cuerpo y lenguaje capaz de gobernar a otros, implica indispensablemente un relación propia con uno mismo y con sus objetos de saber, por ello, en este escrito se tratará de hacer la significación del maestro como sujeto que en el ejercicio de la enseñanza en ciencias genera conocimiento desde su praxis.

Ahora bien, pasar de comprender la ciencia y su enseñanza de una manera mecanicista y tradicional a una constructivista, ha posibilitado en la formación una mirada global de los saberes y prácticas pedagógicas como un espacio que establece vínculos, modificaciones y mediaciones (Palacio, Machado & Hoyos, 2008) para pensar las ciencias como un constructo social.

Así pues, desde la mirada crítica que establecía Comenio para la enseñanza, al considerarla con características formativas si era bien encaminada; se da la posibilidad en este juego de ser maestro, la vía precisa para formar a ciudadanos responsables y críticos frente a las problemáticas de su contexto. Por ello, ese puente que permite concebir la profesión docente como un juego de posibilidades para desempeñar un papel de intervención en el mundo cultural, social, político y científico (Zuluaga, 2000) se convierte en un espacio fundamental. Igualmente, una reflexión constante de la experiencia que día a día se construye como docente tanto en la práctica  como en los saberes disciplinares,  se vuelven tan relevantes e importantes al consolidarlos y desarrollarlos en una vida como maestros intelectuales.

De uno u otro modo, enseñar ciencias se debe trasformar no solo en transmitir ese conocimiento científico, sino en la práctica de orientar este ser social, que construye su identidad a partir de la relación con el otro, a partir de la comparación de la imagen que forma de sí mismo frente a ese otro, o a partir de la imagen del otro hacia sí mismo.

De esta manera, como señala Steiner (2008) “[…] la educación, por tanto, no es un fin en sí misma, no es una capacitación para la soledad o para la crisis histórica”. La educación y más aún la educación en ciencias debe contextualizarse, con la idea de ofrecer una visión próxima de ésta en su entorno, en la ciudadanía, en la noción que algunas personas tienen acerca del conocimiento como cultura, (Vázquez, 2004). Por lo que cerrar la brecha que hay en transmitir el conocimiento científico y educar en contexto con el otro, con el semejante, es una de las tareas que debe emprender el maestro en  la enseñanza de la ciencia.

Es en esta misma perspectiva, superar el verdadero valor manifiesto de una ciencia para todos, que se convierte en un reto formidable para los educadores, transponer todas aquellas concepciones descontextualizadas y deshumanizadas en una formación del hombre cultivado por todos los aspectos de su personalidad, de su postura interna, de su relación multicultural con su contexto, ayudaría enormemente a entender la ciencia como parte y hacedores de ella, como instauradores de su conocimiento y de su praxis en el ámbito escolar. En tal medida, posibilitaría, las acciones, actitudes, expresiones, interpretaciones y mediaciones propias del quehacer didáctico” (Palacio, Machado & Hoyos, 2008).

Además, esta tentativa de enseñanza y de maestro permite crear una identidad, posibilita forjarse como un sujeto de discurso, como un sujeto de habla, que en gran medida, opina, piensa y escribe;  que ha habitado históricamente un lugar: la enseñanza, es decir, que asume un papel como productor de conocimiento pedagógico-didáctico (Palacio, Machado & Hoyos, 2008).

A manera de reflexión y para terminar, se trae a alusión una frase de James Hillman en su texto Acerca de la astrología (1997), “Así que, astrólogos, en verdad tenéis un llamado superior, estáis al servicio de lo otro-de-lo-humano, de la otra mitad. Y no os preocupéis por las elevadas palabras y las visiones superiores, por el peligro de la inflación. Los Dioses son implacables con los inflados. Saben cómo protegerse mejor que nosotros los mortales”; ésta es la labor como docentes y la oportunidad de cambiar las dificultades en el campo educativo, siendo lo formativo, la mirada pedagógica. Es por ello necesario, que el profesorado no se ausente en el debate y en la praxis educativa, pues debe integrarse de manera consciente y  autónoma en toda política educacional.

 

 

BIBLIOGRAFIA

 

Hillman, J. Acerca de la astrología. (1997)

Palacio, L., Machado, M., Hoyos, J. (2008). La didáctica: un escenario para la construcción de juegos del lenguaje. Educación y Pedagogía. Vol. XX, N 50. 99-110.

Steiner, G. (2008) Los libros que nunca he escrito. Madrid: Ediciones Siruela

Vázquez, C. (2004).  Reflexiones y ejemplos de situaciones didácticas para una adecuada contextualización de los contenidos científicos en el proceso de enseñanza. Revista Eureka para la enseñanza y la divulgación de las ciencias. 1(3) pp. 214-223. 

Zuluaga Garcés, O, "Hacia la construcción de un campo conceptual plural y abierto para la pedagogía: aproximaciones metodológicas." En: Colombia. 2000. Evento: Simposio Internacional de Investigadores en Educación Ponencia: Libro: la Investigación Como Práctica Pedagógica. Memoria Del Simposio Internacional De Investigadores En Educación, Convenio Andrés Bello , p.35 - 57 , v. <, fasc. 

 

Para reflexionar

 

La práctica docente en la enseñanza de las ciencias.



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